Las acerías y fundiciones utilizan un carbón refinado como agente formador de aleaciones, reductor y fundente para la producción del metal. Este carbón refinado, que puede ser grafito, coque de alta pureza, etc., se utiliza para aumentar el contenido de carbono del acero sin introducir ningún contaminante externo (especialmente azufre, nitrógeno y otros elementos metálicos), para contribuir a la reducción de los óxidos metálicos, etc. Por tanto, cuanto mayor sea la calidad requerida del acero o producto metálico final, menor debe ser la concentración de dichos contaminantes, siendo las especificaciones en algún caso cercanas a cero.
El uso de un recarburador en la producción de acero o de fundición se hace necesario debido a la necesidad de introducir carbono como formador de aleaciones en el metal, de forma que el producto metálico alcance las características adecuadas.
